MUSEU DE LES CULTURES DEL MÓN
Simplemente... me enamoró. Durante un par de meses estuve fijándome en los carteles que anunciaban su reciente reapertura. Una máscara africana frente al rostro de una joven ejercían de reclamo para mi atención. Por fin se me presentó la oportunidad. Caminé por las callejuelas de Barcelona sintiendo ese aire antiguo entrelazado con el moderno cuidado que ha recibido esta zona. Cuando atraviesas la zona de información y las taquillas, tienes que cruzar un hermoso patio catalán y sonreír con tu entrada al revisor. Él te abre paso y comienza la magia. Cruzado el umbral, apenas recuerdas que eres occidental. Un bellísimo y delicado Buda de Gandhara te traslada a otra mentalidad. Muy cerca, la Tierra gira sobre sí misma aprovechando las modernas tecnologías, dejando entrever con suaves movimientos un ir y venir de distintos pueblos sobre el mapa.
ÁFRICA Y OCEANÍA
ÁFRICA Y OCEANÍA
Comienza el viaje. Oceanía y África son las primeras en darnos la bienvenida. Me impresionaron las máscaras, su seductor poder de conversión del individuo en un símbolo. Con este sencillo elemento hubo muchos hombres y mujeres que experimentaron un momento "impactante", de transmutación de su conciencia en el acto que estaban representando. Los que observaban, a su vez, se dejaban amedrentar por el "espíritu" del ente convocado. Danzas, ritos, teatro simbólico. Un arte vivo y chamánico que les otorgaba identidad, raíces, tradición.
HINDUISMO
En cuanto pones un pie en la sala de la India su embrujo te hechiza. Las estatuas de sus dioses te observan y sólo su aspecto humano disminuye la distancia entre su misterio y tú. El gran Shiva, con su esposa Párvati en brazos, parece ajeno al terror que inspira en nosotros su poder como señor de la destrucción. Al contemplarla, la muerte de las cosas se siente, simplemente, como algo necesario, natural. Un poco más adelante está su contraparte en la Trimurti: Vishnú, el poder conservador del universo, gentil amigo de la humanidad a la que envía, de tanto en tanto, sus avataras, como Rama, Krishna y el mismo Buda, según algunos.
En cuanto pones un pie en la sala de la India su embrujo te hechiza. Las estatuas de sus dioses te observan y sólo su aspecto humano disminuye la distancia entre su misterio y tú. El gran Shiva, con su esposa Párvati en brazos, parece ajeno al terror que inspira en nosotros su poder como señor de la destrucción. Al contemplarla, la muerte de las cosas se siente, simplemente, como algo necesario, natural. Un poco más adelante está su contraparte en la Trimurti: Vishnú, el poder conservador del universo, gentil amigo de la humanidad a la que envía, de tanto en tanto, sus avataras, como Rama, Krishna y el mismo Buda, según algunos.
Shiva y Párvati. Norte de Gujarat o del Rajastán, oeste de la India. Siglos XIV-XVI. Museu de les cultures del món. |
BUDISMO
El Budismo abarca una parte importante de la colección del museo. Su difusión por todo Oriente lo ha convertido en una religión cuyo arte dispone de muchas caras. La primera, curiosamente, se la otorgaron los griegos y no los budistas. Tras la visita de Alejandro Magno a la India el contacto con Grecia fue muy intenso y se fueron creando, incluso, reinos con un pie en Oriente y otro en Occidente. Tal es el caso de Gandhara, hoy en la actual Pakistán, en el siglo II d.C. Los budistas se resistieron a representar iconográficamente a su maestro fundador durante mucho tiempo, pero los artistas griegos sintieron simpatía por aquel monje peculiar, cuyas enseñanzas hacían equilibrio entre la filosofía y la religión. Por eso decidieron representar al modo helénico, como un filósofo de rasgos apolíneos, pero con el moño de los brahmanes y otros atributos de los ascetas de la India. Nacía así una imagen idealizada del príncipe Sidharta. El museo nos muestras algunas joyas de este primer capítulo de los dos mil años de historia del arte budista.
Buda histórico Sakyamuni. Gandhara, Pakistán. Siglo II-IV. Museu de les cultures del món. |
¿Dónde? Calle Montcada, 12-14, 08003 Barcelona
Horario: de martes a sábado de 10.00 h a 19.00 h - Domingos y
festivos de 10.00 h a 20.00 h – Lunes no festivos, cerrado.
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